domingo, 27 de abril de 2014

Rilke, Sonetos a Orfeo












V

Músculo de la flor que, en la mañana
del prado, de la anémona, sereno,
al resplandor polífono que mana
del cielo restallante abres el seno;

músculo del regazo ilimitado,
tan tenso en la callada flor-estrella,
a veces de abundancia tan cargado
que ni la tregua del ocaso sella

los labios de sus pétalos profundos
cerrando sus orillas distendidas:
¡Tú, fuerza y decisión de tantos mundos!

Nosotros, más violentos, duraremos.
Pero ¿cuándo, en qué vidas
seremos por  fin  receptores y abiertos?


XII

Quiere la transformación. Sé entusiasta de la llama,
una cosa se te escapa que en el cambio se adivina;
el espíritu que ordena lo terreno sólo ama
ese punto en el que su ímpetu la figura al fin se inclina.

Lo que se cierra en lo inmóvil, es lo endurecido;
¿cree estar a salvo acaso del  gris insignificante?
Espera: algo más duro nos advierte desde lejos la dureza,
y está, ay, ya el martillo levantado.

Reconoce el conocer lo que brota como fuente
y lo lleva como en éxtasis por la creación serena,
que en su inicio tiene fin y en su ocaso nacimiento.

De un desgarro es hijo o nieto todo espacio complaciente
que ellos cruzan con asombro. Y, sintiéndose laurel,
quiere Daphne, transformada, verte convertido en viento.


XIII

Adelanta tu adiós, y así como el invierno
se va, que quede atrás del mismo modo.
Porque entre los inviernos hay uno tan eterno que,
si lo atraviesas tu corazón al fin resistirá.

Muere siempre en Eurídice —, y asciende por el canto,
álzate, celebrando, a la percepción pura.
Aquí, entre los efímeros de este reino en quebranto,
sé el vaso de cristal que al vibrar se fractura.

Y a la par que del no ser tienes conocimiento,
de tu vibración íntima conoce el fundamento,
y en todo realizado, por una vez, culmina.

Al acervo agotado, secreto o inaudible
de la naturaleza, a esa suma indecible
añádete gozoso y el número aniquila.


Rainer María Rilke, Sonetos a Orfeo, Segunda Parte, 
Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, 2011

Traducción original: Antonio Romero Márquez - Adaptación: Daniela Campanelli
Selección: Carolina Massola



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