sábado, 24 de marzo de 2012

Jorge Boccanera


                                  XXXVIII



Centellea, entre las mandíbulas del diablo, una brizna
   de hierba, señales del derrumbe.

Lo siento entre las vísceras como un ala de filos, silbos
   de sucumbir.

Ciego frente a la Palma Real, ignora que ella es muchas
   si abraza, corre, gira por la espuma del goce.

Hay un bosque quemado en el centro de mi juventud.
Son treinta mil esos sueños talados.

Quiero urgencia y memoria
cuando el horror enjuague su rostro en el follaje.
Que nadie ofenda al bosque.

Palma cortada es holocausto.


                                      del libro Palma Real


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