Leitmotiv
Por si acaso florece en los hombros
el campo de tulipanes que imaginé guardar
quisiera haber escrito la frase salvavidas
haberme abrigado los pasos de la niebla dulce de Londres
y al brillo de un penique sonreírle
sin la madre lengua mordiéndome las vísceras
ignorante de
paz/ sola/ descalza de visiones/ frágil.
Por si acaso el Sueño derrite el reloj
y los cuervos que trenzan la red colman soledad y colman
fosos
y Butler
enajenado
deviene oscuridad, negros reales
quisiera haber adivinado el acertijo
sin temor al
espíritu de la tristeza
/ gusano roedor de la memoria/
/ enmohecido encuentro de aguadas y peñascos copulando
en armonía/ .
Por si acaso la medianoche del medioevo mendiga
tarjetas de bolsillo
mapa abajo en acuarelas por un metro de cansancios
quisiera
calmar el
remolino en añejos umbrales de una rara
ciudad,
sin rumbo
huérfana
costumbre
y en zumbido de trazos ascender/ descender/
donde caiga la noche
sobreverdes.
Mis bronquios, desprovistos, arrastrarán un siglo de
viejos hogares
mis branquias, marina distanciada, lanzarán el ancla
imantada por un cielo de nieve.
En un magma de calendarios apócrifos/ deambularé,
entre
tumbas,
y se alzarán en horda/ la niña de los riscos/ la ambigua
niña,
la oscura niña de los libros/ la bosque niña
y se alzarán en viento penumbras como flores
en un otoño venido primavera, en una primavera
hundida otoño.
País de Octubre.
Difuso paisajito herido a muerte.
Seré, las palmas de mis manos y aún más
falange de la sangre de mis miembros, y aún más/ por si
acaso la batalla perdure y las luces no cesen de alumbrar
maniáticas
el mismo film.
Si no alcanza desnudar el poema
si el genio de la niebla puebla su cáliz con cruces
prematuras,
quisiera prevenirme mesías en un limbo de paredes
—veneno que resbala de su cárcel y escala una tibieza en
los apuntes—.
Por si acaso el poema no salva el poema no sea
por
si acaso.
“Ildikó”
– Ediciones Último Reino, 1998.
***
Todo lo que buscabas
era una huella en la nieve
no imaginaste que al cruzar la frontera
el percutor gatillaría a tu animal
como a un gato montés
o una liebre
alguien lo había intuido
con una vela encendida
en una habitación cerrada,
al salir
te asombraron esos seres,
no eran tu padre
ni tu madre
ni quien ocupara un lugar
en tu cuerpo
¿Qué querías
fragor o tersura?
Al puerto de aguas profundas
no irías por las aguas del deshielo
irías al embalse
cuenco turbio, hondo
susurro pidiéndote que caigas
Animal desarmado
buscabas un cuerpo a la intemperie
su huella
En época de caza
“Sin
suelo”, Ediciones Vox, 2001
Un abedul
cuando llueve,
una arboleda que aclara
al arañar la pista
y desciende el avión en un aeropuerto
donde las mujeres beben vodka
a las seis de la mañana hora local
Era acogedor el frío
aunque temible
Cantabas en mi idioma
pero con otro acento
Afuera la hilera de abedules
los aviones solos sobre el cemento mojado
Detrás de las cabinas
los soldados
te miraban cantar
Algunas veces, por un instante
la historia debería sentir compasión
y alertarnos
“Sin
suelo”, Ediciones Vox, 2001
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