MADRUGADA DE INVIERNO
(Viejo
poeta)
Ha cerrado la puerta.
Atrás, queda la noche,
con su árbol escalofrío,
su calle escarcha.
Aquí, la espera
-es un adiós- del ascua última:
él se entrega a su hora,
y en la sala en penumbra,
figura del olvido,
deja vagar la estrofa
que abandona el azar.
[Fragmento. Más poemas en las
páginas 37 a 42 de Hablar de Poesía n° 41]
El llamado
-Llamo a las palabras
como a los pájaros en el jardín,
ofreciéndoles
agua y pan de un silencio,
que se parece a mi vida.
Ellas vendrán,
si vienen, a decir su aleteo,
su trino alegre o lúgubre
en torno a mi mano:
para que yo sepa, de verdad, escuchándolas,
cuál ha sido la ofrenda.
Árboles
"¿Ya son, los árboles, invernales?"
La pregunta regresa,
con más razón ahora.
Como de otros labios,
la escucha el hombre;
sin sonido, parecida a algún pájaro
lejos, sobre las cumbres.
Son invernales.
Los árboles en el alba,
tras el reflejo de una oblicua luna
que aún se despide...
[de Hogueras de San Juan, 1989-1993]